El Consumo de Lácteos y
sus derivados.
¿Saludable o Veneno
para nuestro cuerpo?
Mucho se ha hablado durante años sobre los beneficios de
consumir Lácteos y sus derivados. La excusa principal, es que la ingesta de
Lácteos es necesaria para la obtención del calcio que requiere nuestro cuerpo
físico. Al contrario de lo que se piensa, la afirmación anterior no es cierta.
La razón, es porque la leche contiene una proteína (caseína) que impide que
podamos absorber el calcio que posee. Dicho en palabras sencillas, cuando
consumimos proteínas animales, el PH de la sangre se vuelve más ácido;
produciendo la repuesta de nuestro organismo, de extraer parte del calcio que
tenemos en los huesos para poder neutralizar la acidez. Como dato informativo,
nuestro cuerpo debe mantener un PH que oscile entre 7,35 a 7,45, que es
considerado alcalino, pues por debajo de 7 nuestro cuerpo está ácido y los
riesgos de contraer una enfermedad por ejemplo como el cáncer aumentarían.
Ahora bien, es importante entender que significa el PH de nuestro cuerpo. Este
viene a ser el nivel de acidez y alcalinidad que los fluidos corporales (orina,
saliva, sangre) de nuestro cuerpo mantienen en un momento dado. Nuestro
organismo está diseñado para mantener el balance de PH de nuestro cuerpo, a
través de la respiración, riñones y alimentación, lo cual es fundamental para
el buen funcionamiento de nuestros órganos. Dicho de otra manera, existe una
frontera entre la acidez y la alcalinidad de nuestro cuerpo físico, por encima
de 7 de PH es considerado alcalino y por debajo de 7 de PH es acido.
De acuerdo a la investigación del Dr. Willam Ellis, ex
presidente de la Academia Americana de Osteopatía Aplicada, se logró evidenciar
que la ingesta de 3 a 5 vasos de leche diarios; disminuyen los niveles de
calcio en la sangre y aumentan los niveles de acidez en el organismo, que este trata
de compensar liberando minerales alcalinos. Por lo tanto, el consumo de Lácteos
y sus derivados acidifica nuestro cuerpo físico; que no es un medio idóneo para
que nuestros huesos crezcan fuertes y sanos, pues el PH requerido para ello es de
9.
Como dato curioso la leche de vaca contiene lactosa, posee 3
veces más proteína que la leche humana; y esta, está conformada por una
proteína llamada caseína que nuestro cuerpo no la puede eliminar, pudiendo
ocasionar en algunas personas alergias, asma y trastornos en su sistema
linfático, inmunológico, impidiendo la absorción de nutrientes.
Por otra parte, los productores actuales de leche, con la
finalidad de que las vacas produzcan mayor cantidad de ella, inyectan hormonas para
el crecimiento bovino. La cual provoca el incremento de la hormona “factor
insulínico”, que se pasa a la leche e incrementa las posibilidades de contraer
cáncer.
Como recomendación final, mi sugerencia es dejar de consumir
Lácteos y sus derivados, pues ello trae como consecuencia:
Mejoramiento de la piel, la digestión.
Disminución de los niveles de Colesterol.
Mayor rendimiento energético.
En caso de querer seguir consumiendo Lácteos, sugiero que
minimicen los riesgos de enfermedades, consumiendo leche de almendra o soya, o
leche sin lactosa o descremada.
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Autor: Dr. José Manuel
Rizzo.
Doctor en Medicina Alternativa y Especialista en Salud
Mental.
Abogado. Coach Empresarial.
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